29 de agosto de 2021

Queridos feligreses y amigos de nuestra parroquia,

La semana pasada escribí en esta columna sobre la difícil situación de la gente en Haití que está sufriendo la
devastación del reciente terremoto, que mató a casi 1300 personas, y el número de muertos está aumentando.
Mencioné cómo puede ayudar dejando sus donaciones en las cajas para pobres ubicadas en las entradas de nuestra
iglesia. Sus donaciones permitirán a la Sociedad de San Vicente de nuestra parroquia ayudar a los más afectados por
esta tragedia.

Esta semana, mis amigos cercanos de Puerto Príncipe me han puesto al día sobre la terrible situación que
enfrentan los que sobrevivieron al terremoto. Aparentemente, las violentas sacudidas han arrasado la mayoría de sus
casas, dejando a miles sin refugio. Muchos otros resultan heridos y los hospitales ya están abrumados. Madres, niños y
bebés piden ayuda a gritos. Esta situación requiere un apoyo mucho más sustancial que el que nuestra Sociedad de San
Vicente puede brindar con las modestas donaciones que reciben de ustedes en nuestras cajas de pobres cada semana.

Como saben, Haití es un país ya susceptible a los huracanes y aún se está recuperando del desastroso
terremoto de hace una década. Muchos en Haití ya se enfrentan a un hambre generalizada debido a la sequía y la
inestabilidad económica. Dada esta terrible situación, el obispo Nicholas DiMarzio nos ha pedido a todos en la Diócesis
de Brooklyn que extendamos la compasión de nuestra Iglesia a los hermanos y hermanas que sufren. Respondiendo a
ese sincero llamado de nuestro pastor principal, los invito a apoyar de todo corazón la colecta especial de nuestra
parroquia para Haití, que se llevará a cabo después de la Comunión en cada Misa el próximo fin de semana, 4 y 5 de
septiembre. Su amable regalo brindará un alivio inmediato a aquellos que están sufriendo tan cerca de la Cruz de
Cristo.

Como siempre, estoy agradecido con cada uno de ustedes por su continuo apoyo a la misión de Cristo en
nuestra parroquia a través de sus contribuciones semanales. De muchas maneras incalculables, le está mostrando al
mundo el rostro misericordioso de Dios.

Sinceramente tuyo en Cristo,
Mons. Cuong M. Pham