Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
¡Gracia y paz para todos ustedes mientras nos reunimos para celebrar la gloriosa Fiesta de Nuestra Señora del Monte Carmelo este Domingo!
A lo largo de los 183 años de nuestra parroquia, almas devotas han buscado la bendición y asistencia divina de la Santísima Virgen María, encontrando consuelo y protección bajo su amoroso manto. Nuestros padres fundadores parroquiales, guiados por el Espíritu Santo, eligieron a María como nuestra patrona, reconociéndola como una poderosa intercesora y una figura materna que nos acerca más a su Hijo, Jesucristo.
En el vibrante tapiz de nuestra parroquia multiétnica y multicultural, brilla intensamente la relevancia de la devoción a Nuestra Señora del Monte Carmelo. La maternidad universal de María abarca a todos sus hijos, sin importar nuestros diversos orígenes, idiomas o culturas. Ella nos une como una sola familia, recordándonos nuestra humanidad compartida y llamándonos a abrazar el mensaje de amor, compasión y unidad que nos trae el Evangelio.
Este domingo, 16 de julio, tenemos el inmenso honor de dar la bienvenida a Su Eminencia, el Cardenal-designado Christophe Pierre, Nuncio Apostólico en los Estados Unidos. Esta celebración será el primer evento público del Cardenal-designado Pierre después de su nombramiento por el Papa Francisco la semana pasada como nuevo Cardenal de la Santa Iglesia Romana. Regocijémonos en el reconocimiento del Santo Padre a su destacado ministerio y extendamos nuestra más cálida bienvenida, ya que su presencia entre nosotros es un signo tangible de la cercanía y el afecto del Santo Padre hacia el pueblo de nuestra parroquia.
Como saben, he tenido el privilegio de trabajar bajo la dirección de Su Eminencia en la Nunciatura Apostólica en Washington, DC durante dos años. En mi papel como uno de sus secretarios, he sido bendecido al ser testigo de su inquebrantable dedicación y profundo amor por la Iglesia. Servir a la Iglesia y al Santo Padre a través de él ha dejado una marca indeleble en mi formación humana y sacerdotal. Fue una oportunidad para aplicar concretamente lo que he aprendido en mis años de servicio en la Santa Sede a las situaciones únicas de la Iglesia estadounidense.
También recordarán que el Nuncio Apostólico nos visitó hace poco más de un año. Esta es la segunda vez que nuestra parroquia ha sido bendecida con el honor de recibir al Representante Personal del Papa entre nosotros. Es un testimonio de la profunda conexión y afecto que comparte con nuestra comunidad.
Además, en esta ocasión estamos bendecidos con la presencia de Monseñor Robert Brennan, el pastor principal de Brooklyn, así como de Monseñor Nicholas DiMarzio, Obispo emérito de Brooklyn, y los Obispos Auxiliares eméritos Raymond Chappetto y Octavio Cisneros. Nuestros amados obispos, que han sido parte integral de nuestra parroquia, aportan su sabiduría, cuidado pastoral y amor por el rebaño. Su presencia conjunta aquí es un evento extraordinario, digno de la rica historia de nuestra parroquia, que ha sido agraciada con la presencia de tantos buenos pastores que han caminado junto a nosotros.
Sin embargo, no nos contentemos solo con participar en demostraciones externas de celebración y ritual. Que esta ocasión notable encienda en nosotros una profunda conversión interior a Cristo. Que Nuestra Señora del Monte Carmelo continúe guiándonos más cerca de su Hijo, Jesús. Esforcémonos por ser sus verdaderos hijos, dando testimonio del Evangelio como un faro de fe, esperanza y amor digno del nombre de nuestra parroquia.
Con devoción en Cristo,
Mons. Cuong M. Pham